Los castillos de fuegos artificiales son un elemento pirotécnico que suele usarse para coronar o dar por terminado cierto momento dentro de la fiesta. Grandes o pequeños, son actos festivos de gran adaptación.

  Aunque tradicionalmente los castillos son eminentemente estéticos y coloridos, a veces hacen un guiño patente a las mascletás primando momentáneamente el sonido ante el color.

  El castillo es un acto nocturno. Su belleza, esplendor, colorido y magnificencia se aprecian mejor bajo la luz de las estrellas. Las luces de la vía pública se apagan segundos antes de empezar y no se reponen hasta el final. Las calles y puentes se cortan. La ciudad parece detenerse para admirar la belleza en el cielo.